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SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

Actualizado: 3 feb

Nuestro cuerpo está formado por los mismos elementos que una vez se forjaron en el interior de las estrellas más grandes del Universo.
Somos, en esencia, una parte del universo que, por un breve momento, ha cobrado consciencia de sí misma


Es increíble pensar que todo lo que vemos cuando por la noche miramos hacia el cielo, ha estado ahí desde hace 13,800 millones de años, pero más increíble es imaginar nuestra postura y nuestro lugar dentro de él.


Cada rincón del cosmos guarda maravillas y secretos, desde las estrellas naciendo en los densos brazos de nebulosas hasta los agujeros negros que devoran todo a su alrededor. Las galaxias giran, bailando en una coreografía cósmica, mientras que las estrellas nacen, viven y mueren, liberando hacia el espacio, en su explosiva muerte los elementos que dieron origen a nuestro propio ser.


Somos polvo de estrellas y no es solo una simple frase poética, sino una verdad científica profundamente conmovedora. Todo lo que somos, desde los átomos que componen nuestro cuerpo hasta los elementos más fundamentales de la vida, han estado en las estrellas mucho antes que nuestro planeta existiera. Las estrellas, en su núcleo, generan energía a través de la fusión nuclear, un proceso que transforma elementos ligeros, como el hidrógeno, en elementos más pesados, como el carbono, el oxígeno y el hierro. Cuando estas estrellas explotan al final de su ciclo de vida, en lo que se conoce como una supernova, liberan estos elementos al espacio, esparciéndolos por todo el cosmos.


Ese polvo estelar, cargado de la materia que creó las estrellas, viaja a través del tiempo y el espacio, y con el paso de millones de años, se mezclan en el corazón de nuevos sistemas solares y en la composición de mundos como el nuestro.


Así, nuestro cuerpo está formado por los mismos elementos que una vez se forjaron en el interior de esas estrellas colosales. El carbono que compone nuestro ADN, el oxígeno que respiramos, el hierro que transporta el oxígeno en nuestra sangre, todo ello fue creado en el corazón de estrellas que ya no existen, pero que continúan viviendo en nosotros. Somos, literalmente, el reflejo de esas estrellas antiguas, una manifestación de su legado en forma de vida consciente.


Esta conexión nos invita a reflexionar sobre nuestra insignificancia y al mismo tiempo sobre nuestra grandeza. Somos, en esencia, una parte del universo que, por un breve momento, ha cobrado consciencia de sí misma, recordando su origen estelar. Somos polvo de estrellas, y en cada respiro, en cada pensamiento, llevamos en nosotros la historia de todo el cosmos.






 
 
 

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2 Comments

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Guest
Mar 08
Rated 5 out of 5 stars.

WOW!

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Guest
Feb 03
Rated 5 out of 5 stars.

Somos polvo de 💫 👌🏻

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